Lula en entrevista a TV mexicana: “coloqué el combate al hambre como una obsesión en mi vida”

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El ex-presidente Luiz Inácio Lula da Silva renovó su compromiso con el combate al hambre en Brasil y en el mundo en la entrevista que concedió al canal mexicano Televisa, en su más reciente viaje a México. En un vídeo de 15 minutos, el ex-presidente de Brasil habla sobre la experiencia brasileña en el combate al hambre y a la miseria, que inspiró el programa “México sin hambre”, lanzado en la semana pasada. Lula fue  invitado por el presidente de México Enrique Peña Nieto para acompañar el lanzamiento del programa en el estado mexicano de Chiapas.

En entrevista concedida al presentador Joaquín López-Dóriga el sábado, día 20,  y exhibida en la TV mexicana en los días 22 y 23 de este mes, Lula deja claro que no es solamente la comida lo que va a resolver el problema de la pobreza, pero es un primer paso para transformar la vida de los ciudadanos en una vida más digna y con más oportunidades. Y que introducir a los más pobres en el mercado de trabajo y en el universo de consumidores fue importante para toda la economía del país. “Yo aprendí una lección: los pobres no fueron el problema, fueron la solución en Brasil”.

Para asistir el vídeo de la entrevista, haz clic en los links abajo:

Parte 1

Parte 2

Lea abajo un resumen de los principales puntos de la entrevista:

Solamente quien ha pasado hambre sabe lo que es
En el primer tramo de la entrevista, el ex-presidente recuerda, aún de niño, la imagen de cinco hermanos y una madre sentados al lado del horno sin tener nada para cocinar. Y no lograba entender cómo en un país del tamaño y con todo el potencial de Brasil, alguien pudiera ir a la cama sin tener que comer. Como no entiende hoy, cómo un billón de personas en el mundo pueden ir a la cama todos los días sintiendo hambre. “Solamente quién ha pasado hambre sabe lo que es eso. Yo puse el combate al hambre como una obsesión en mi vida”. Y citó su discurso de pose, en el cual dijo que si al final de su mandato hubiera garantizado tres comidas diarias a todo brasileño, él ya habría hecho la obra de su vida.

Pobreza no es falta de comida, es falta de vergüenza de los gobernantes
Pobre hambriento no participa en el sindicato, no tiene partido, no tiene ni fuerza para hacer paseos. Además de eso, ningún empresario quiere cuidar del pobre. Por lo tanto, “es el Estado quien tiene la  obligación de transformar esa gente en ciudadanos. De dar el puntapié inicial para que él comience a trabajar, gane dinero y se vuelva un ciudadano digno, un consumidor”. Lula defendió que el combate a la pobreza tiene que ser parte del presupuesto público federal. E insistió fuerte en el crédito para los pequeños emprendedores, sean costureras, vendedores de tacos en las calles de México o cooperativas de recolectores de materiales reciclables. “Yo aprendí una lección. Los pobres no fueron problema, ellos fueron la solución en Brasil”.

Programa Cero Hambre en México
El ex-presidente cuenta que ya había conversado con el presidente Enrique Peña Nieto cuando él todavía era candidato y que los programas son similares, pero cada país tiene que tomar en cuenta su realidad local. “Salgo de aquí con orgullo de ver que un país como México también está preocupado con el problema del hambre”.

Críticas
“Todo eso yo también lo sentí en Brasil”, dijo el ex-presidente, que leyó en la prensa mexicana críticas diciendo que el programa “México sin hambre” es populista, asistencialista o limosna con propósito electoral. “Yo creo que combatir el hambre, dar un plato de comida para que un niño duerma tranquilo en la noche, es tan serio, que no me importaban esas críticas”. Y completó: “El dato concreto es que el programa funcionó”.

El problema del hambre no se resuelve con un plato de comida
El hambriento no tiene fuerza para trabajar, pelear, ni para levantar la voz para defenderse. El ex-presidente niega que exista el conflicto entre dar el pescado o enseñar a pescar. “Tenemos que hacer las dos cosas juntas. Mientras él esté pescando, él está comiendo el pez”. Y explica: “No es un plato de comida el que va a resolver el problema del pobre, pero [ese plato] va a darle más salud, más disposición para trabajar y disposición para buscar cómo resolver los problemas de su vida”. Lula refuerza que el plato de comida es el primer paso. El hambre no lleva a la revolución, lleva al sometimiento. “Como es que en 10 años nosotros logramos en Brasil quitar a 33 millones de personas de la línea de pobreza y, al mismo tiempo elevar 40 millones de brasileños a la clase media? No fue solamente la comida, fue un conjunto de políticas públicas”.

La mejor forma de hacer oposición es trabajar mejor que el presidente
“Cada partido político puede hacer la crítica que quiera. Eso es parte de la democracia”, opina el ex-presidente Lula, pero dice que la mejor forma de hacer oposición es por el trabajo, es “[los gobernadores de oposición] haciéndolo en sus estados mejor de lo que el presidente lo hace”. Si la oposición busca vencer por el trabajo, por lo positivo y no por lo negativo, quien va a salir ganando con eso es México y el pueblo mexicano.

Democracia o bien-estar?
El conductor de Televisa, Joaquín López-Dóriga, dice al ex-presidente Lula que hace algunos años, una investigación en América Latina apuntó que la mayoría de los entrevistados prefería el bienestar a la democracia. Lula comenta que muestra como la miseria es un riesgo para la democracia. “La democracia sólo se sustenta cuando las personas se sienten participantes del gobierno”, y eso no es posible con hambre. Y finaliza reforzando su compromiso con el combate al hambre en el mundo. “Cada vez que yo sea invitado, en cualquier lugar del mundo, para participar en un evento relacionado al combate al hambre yo estaré presente porque yo creo que es posible. Si funcionó en Brasil, puede funcionar en cualquier país del mundo”.

Lea abajo:

Presidente de México, Enrique Peña Nieto habla sobre la lucha contra el hambre en México