Director del Crisis Group cree que Brasil es el “mejor ejemplo” de combinación entre desarrollo y democracia

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El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva transformó el concepto que define la solución de conflictos. En lugar de resolverlos militarmente, él ha elegido enfrentar las raíces sociales y económicas que están por detrás de todos los conflictos. La evaluación es de Javier Ciurlizza, director del programa del International Crisis Group para América Latina. Para Javier, liderar un país implica encarar riesgos, cosa que Lula hizo con coraje. “Por eso las cosas cambiaron”, sentencia.

Minutos antes, en el discurso en que agradeció el premio “En busca de la paz”, conferido por el International Crisis Group, Lula propuso que el combate al hambre y a la miseria fuera adoptado a escala global como “el paso más importante que podemos dar” en el camino de la paz (lea el discurso completo abajo).

En una entrevista luego de la cena en que Lula recibió el premio, el peruano Javier Ciurlizza destacó además que Lula tuvo el mérito de ser el mejor ejemplo en la inducción del desarrollo con democracia, una combinación que, hace algunos años, “no creíamos”  que sería posible.

Javier, que en Perú ya fue director ejecutivo de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, jefe de gabinete del Ministerio de Justicia y consejero especial del Ministerio de las Relaciones Exteriores, resaltó también el coraje de Lula para asumir los riesgos y la responsabilidad por sus decisiones. “Liderar un país implica asumir también riesgos personales, cosa que el presidente Lula asumió. Y por eso las cosas cambiaron”. Y concluyó sin rodeos: “quien no asume riesgos no cambia nada”.

Lea a continuación la transcripción de la entrevista:

Javier, ¿por qué Lula fue elegido para este premio?
Crisis Group es una organización dedicada a la prevención y solución de los conflictos y creemos que el presidente Lula, durante su mandato y después de él, transformó el concepto de qué es resolver un conflicto. En lugar de resolverlo militarmente, enfrentando las raíces sociales y económicas que están por detrás de todos los conflictos. La apuesta del presidente Lula, que fue por el desarrollo y por la lucha contra la pobreza como los dos objetivos principales de su lucha y de su visión de mundo, coincide con lo que nosotros entendemos que debe ser una prevención y resolución de los conflictos que afectan a millones de personas.

¿Cuál es la marca de los líderes en prevención de conflictos?
Nosotros creemos que la prevención de los conflictos depende del carácter de los líderes y del coraje que tengan para asumir decisiones. Hoy [durante la cena, día 22] el presidente Lula dijo algo muy cierto. Los buenos líderes son aquellos que toman decisiones pensando no en la elección de mañana sino en la próxima generación. Y ese es un mensaje muy importante. En nuestra América Latina, donde todavía gobernamos sobre todo mirando las próximas elecciones, ese es un mensaje muy muy importante. Se trata, por lo tanto, de adoptar políticas de Estado, y no políticas personales, se trata de trascender los intereses personales y partidarios. Y entender que liderar un país implica asumir también riesgos personales, cosa que el presidente Lula asumió. Y por eso las cosas cambiaron. Quien no asume riesgos, no cambia nada.

Ustedes mencionan también que la diplomacia brasileña transformó el país en un actor global. ¿Cuál es la importancia de que el mundo tenga más de esos actores? Sin duda, un mundo multipolar y un mundo diverso es mucho mejor que un mundo bipolar y que un mundo unipolar. Porque lo único que aseguran la bipolaridad o la unipolaridad es una actitud imperial en relación a los demás, que fue lo que vivimos en el mundo durante muchos años. El mundo está lleno de problemas y hay muchos países que todavía no son del todo democráticos, pero no hay dudas de que el surgimiento de nuevos poderes, como India, como China, pero principalmente como Brasil, aseguran que la combinación entre democracia y desarrollo tenga más ejemplos para los demás países del mundo. Y entonces, para los países de África, de América Central, los países pobres de Asia, países como Brasil son un ejemplo de que es posible cambiar las condiciones de los más pobres, y hacerlo con democracia, y fortaleciendo las instituciones. Esa combinación, en la que hasta hace algunos años no creíamos, porque la opción era “o” desarrollo “o” democracia, creo que encuentra en Brasil, y en el caso del presidente Lula, su mejor ejemplo.

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