Para el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, Europa solo va a salir de la crisis cuando vuelva a crecer, cuando genere más empleo y más ingreso. Defendió que la salida para la crisis no depende de técnicos, sino de líderes políticos, que deben poner en práctica las buenas decisiones que ya han sido tomadas en encuentros internacionales, como el G-8. El ex presidente Lula habló durante media hora al lado del ex primer ministro español Felipe González, en el encuentro “Nuevos desafíos de la sociedad”, promovido por el diario Valor Económico, en São Paulo, el día 26 de marzo.
Oportunidad en la crisis
Lula dijo que la crisis llega en un momento importante, para mostrar que el sistema financiero no ya puede seguir desregulado como estaba. Lula recordó además que Brasil, durante décadas, atendió a orientaciones de expertos internacionales que creían que el mercado lo regularía todo, “hasta la educación”. Según el ex presidente, la crisis echó por tierra dos mitos, el de que “el mercado sirve para todo”, y el de que “el Estado no sirve para nada”. “Ninguno de ellos es cierto”, concluyó, recordando que el mercado recurrió a la intervención estatal en el socorro a los bancos, al principio de la crisis financiera internacional.
“Hay una sola solución para esta crisis: más crecimiento económico, más empleo, más generación de riqueza”. La crisis, para Lula, también trae oportunidades: los gobernantes deben entender que la inclusión de millones de personas que no tienen acceso a bienes básicos en el mercado de consumo debe ser parte de la solución. “Hay que financiar a esa gente”. Citando números del Bolsa Familia, dijo que el programa del gobierno brasileño cuesta hoy cerca de R$ 23 mil millones (poco más de US$ 11 mil millones). Él comparó este valor con la estimativa de US$ 9,5 billones que ya se han gastado con la crisis. “Imaginen todo lo que se podría hacer usando solo una parte de ese dinero en desarrollo, recuperación de empresas y generación de empleos”.
Crisis de liderazgo político
El ex presidente fue duro al apuntar una crisis de liderazgo político en Europa. “Tercerizan la política” y la dejan en manos de técnicos, cuando lo que hace falta son líderes para poner en práctica las buenas soluciones. “El problema no es técnico, es político”. Lula afirmó que muchos líderes europeos han preferido elegir representantes débiles para la Unión Europea, porque tenían miedo de ser eclipsados por esos representantes, y criticó lo que denominó pacto de mediocridad. “Es un error creer que cuanto más débil sea mi representante, más fuerte seré yo. Cuanto más débil sea mi representante, más débil seré yo”.
Una declaración de Felipe González, ex primer ministro de España, fue tomada como ejemplo. “Felipe González dijo, en una entrevista al diario Valor, que la crisis de Grecia, que en 2009 se resolvería con US$ 30 mil millones, hoy no se resuelve con US$ 200 mil millones”. Como resultado, hoy la bolsa de Nueva York está preocupada con lo que ocurre en un país del tamaño de Chipre.
El G-8 llegó a decidir el fin del proteccionismo en el comercio, la creación de cinco millones de empleos para enfrentar la crisis y la extinción de los paraísos fiscales. “Han pasado ya cinco años y no se ha hecho nada”. Según el ex presidente, ello se debió a que los políticos se preocuparon más por las cuestiones locales y las elecciones en sus países y no tomaron en serio las decisiones del G-8.
Europa no puede retroceder
El ex presidente destacó que los avances en derechos y calidad de vida que han conquistado los europeos “deberían ser considerados patrimonio de la humanidad” y no pueden ser moneda de cambio para combatir la crisis. “No es posible pretender empobrecer a las personas para arreglar la economía, y después tratar correr para que recuperen lo perdido. Tenemos que partir del nivel actual de derechos”. Y destacó que, en América Latina, pese al momento mejor que se vive, la lucha se da justamente para alcanzar conquistas que los europeos ya han alcanzado hace tiempo.
Lula fue taxativo: “Si España no crece, no va a salir de la crisis”. Y resaltó que un país con la historia de España no puede aceptar cumplir “orientaciones que no dieron resultado en ninguna parte del mundo”, refiriéndose a la cartilla pregonada por los defensores de la austeridad y también por el FMI. “En el pasado, cualquier técnico internacional desembarcaba aquí en el aeropuerto diciéndonos qué teníamos que hacer”. E ironizó diciendo que la crisis de Europa ha probado que aquellos que decían saberlo todo, en realidad no sabían nada.
Confianza en la política
Lula concluyó diciendo que “la crisis no es responsabilidad del gobierno, sino de un sistema que ha fenecido”, y defendió más democracia e inclusión de la juventud y de los sindicatos para que las soluciones políticas sean valorizadas y tengan efecto práctico. “Es un craso error, es un retroceso sociológico el que comete la prensa cuando trata de negar la política. Uno puede criticar al político, al partico, puede decir lo que quiera, pero no puede negar la política, porque después de la política está el desastre”.
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