Artículo de Lula: Por qué Brasil es el país de las oportunidades

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Por Luiz Inácio Lula da Silva

Pasados cinco años desde el inicio de la crisis global, el mundo todavía enfrenta sus consecuencias, pero ya se prepara para un nuevo ciclo de crecimiento. Las atenciones están puestas en los mercados emergentes como Brasil. Nuestro modelo de desarrollo con inclusión social atrajo y sigue atrayendo inversores de toda parte. Es hora de mostrar las grandes oportunidades que el país ofrece, en un marco de estabilidad que pocos pueden presentar.

En los últimos 11 anos, Brasil ha dado un gran salto económico y social. El PIB en dólares creció 4,4 veces y supera los US$ 2,2 billones. El comercio externo pasó de US$ 108 mil millones a US$ 480 mil millones al año. El país se ha convertido en uno de los cinco mayores destinos de inversión externa directa. Hoy somos grandes productores de automóviles, máquinas agrícolas, celulosa, aluminio, aviones; líderes mundiales en carnes, soja, café, azúcar, naranja y etanol.

Hemos reducido la inflación, de un 12,5% en 2002 a un 5,9%, y seguimos trabajando para traerla al centro de la meta. Desde hace diez años consecutivos la inflación está controlada dentro de los márgenes establecidos, en un ambiente de crecimiento de la economía, del consumo y del empleo. Redujimos la deuda pública neta prácticamente a la mitad, del 60,4% del PIB al 33,8%. Los gastos con personal, intereses de la deuda y financiación de la previsión social cayeron en relación al PIB.

Hemos puesto a los más pobres en el centro de las políticas económicas, dinamizando el mercado y reduciendo la desigualdad. Creamos 21 millones de empleos; 36 millones de personas salieron de la extrema pobreza y 42 millones alcanzaron la clase media.

¿Cuántos países han logrado tanto, en tan poco tiempo, con democracia plena e instituciones estables?

La novedad es que Brasil ha dejado de ser un país vulnerable y se ha transformado en un competidor global. Y eso molesta; contraría intereses. No es por otra razón que las cuentas del país y las acciones del gobierno se han vuelto objeto de evaluaciones cada vez más rigurosas y, en ciertos casos, claramente especulativas. Pero un país robusto no se intimida con las críticas; aprende con ellas.

La deuda pública bruta, por ejemplo, ha cobrado relevancia en esos análisis. Pero ¿en cuántos países la deuda bruta se mantiene estable en relación al PIB, con perfil adecuado de vencimientos, como ocurre en Brasil? Desde 2008, el país ha tenido un superávit primario medio anual del 2,58%, el mejor desempeño entre las grandes economías. Y el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff acaba de anunciar el esfuerzo fiscal necesario para mantener la trayectoria de reducción de la deuda en 2014.

Hemos acumulado US$ 376 mil millones en reservas: diez veces más que en 2002 y diez veces más que la deuda de corto plazo. ¿Qué otro gran país, además de la China, tiene reservas superiores a 18 meses de importaciones? Diferentemente del pasado, hoy Brasil puede lidiar con fluctuaciones externas, ajustando el cambio sin artificios y sin turbulencias. Ese ajuste, que es necesario, contribuye para fortalecer nuestro sector productivo y va a  mejorar el desempeño de las cuentas externas.

Brasil tiene un sistema financiero sólido y ha expandido la oferta de crédito con medidas prudenciales para ampliar la seguridad de los empréstitos y el universo de tomadores. En 11 anos el crédito pasó de R$ 380 mil millones a R$ 2,7 billones; o sea, del 24% al 56,5% del PIB. ¿Cuántos países han hecho una expansión de ese orden reduciendo la morosidad?

La inversión del sector público pasó del 2,6% del PIB al 4,4%. La tasa de inversión en el país creció a un promedio del 5,7% al año. Los depósitos en caja de ahorro crecen desde hace 22 meses. Hay que hacer más: simplificar y desburocratizar la estructura fiscal, aumentar la competitividad de la economía, seguir reduciendo los aportes a los bancos públicos, profundizar la inclusión social que está en la base del crecimiento. Pero no se puede dudar de un país que hizo tanto en tan solo 11 años.

¿Qué país duplicó su cosecha y se convirtió en una de las economías agrícolas más modernas y dinámicas del mundo? ¿Qué país duplicó su producción de vehículos? ¿Qué país volvió a levantar de cero una industria naval que hoy emplea a 78 mil personas y ya es la tercera más grande del mundo?

¿Qué país amplió la capacidad instalada de electricidad de 80 mil a 126 mil MW, y construye tres de las mayores hidroeléctricas del mundo; llevó electricidad a 15 millones de personas en el campo; contrató la construcción de 3 millones de viviendas populares y ya entregó la mitad?

¿Cuál es el país del mundo, según la OCDE, que más aumentó la inversión en educación; que triplicó el presupuesto federal del sector; amplió y financió el acceso a la educación superior, con el Prouni, el FIES y los cupos, y duplicó a 7 millones las matrículas en las universidades; que llevó a 60 mil jóvenes a que estudien en las mejores universidades del mundo? Abrimos más escuelas técnicas en 11 años que lo que se hizo en todo el siglo XX. El Pronatec cualificó a más de 5 millones de trabajadores. Destinamos el 75% de los royalties del petróleo a educación.

¿Y qué país es apuntado por la ONU y otros organismos internacionales como ejemplo de combate a la desigualdad?

Brasil y otros países podrían haber logrado aún más, si no fueran los impactos de la crisis sobre el crédito, el cambio y el comercio global, que se mantiene estancado. La recuperación de los Estados Unidos es una excelente noticia, pero en este momento la economía mundial refleja la retirada de los estímulos del Fed. Y así todo, pese a esa coyuntura adversa, Brasil está entre los ocho países del G-20 que tuvieron un crecimiento del PIB mayor que 2% en 2013.

Lo más notable es que, desde 2008, mientras el mundo destruía 62 millones de empleos, según la Organización Internacional del Trabajo, Brasil creaba 10,5 millones de empleos. El desempleo es el menor de nuestra historia. No encuentro un indicador más robusto que ese sobre la salud de una economía.

¿Qué país atravesó la peor crisis de todos los tiempos promoviendo el pleno empleo y aumentando el ingreso de la población?

Hemos cometido errores, naturalmente, pero la buena noticia es que los reconocemos y trabajamos para corregirlos. El gobierno supo escuchar, por ejemplo, las críticas al modelo de concesiones y lo volvió más equilibrado. Resultado: concedimos 4,2 mil kilómetros de carreteras con un descuento mucho mayor que lo esperado. Tuvimos éxito en las subastas de petróleo, de seis aeropuertos y de 2.100 kilómetros de líneas de transmisión de energía.

Brasil tiene un programa de logística de R$ 305 mil millones. Petrobras invierte US$ 236 mil millones para duplicar su producción hasta 2020, lo cual nos pondrá entre los seis mayores productores mundiales de petróleo. ¿Cuántos países ofrecen oportunidades como estas?

La clase media brasileña, que consumió R$ 1,17 billón en 2013, de acuerdo con Serasa/Data Popular, seguirá creciendo. ¿Cuántos países tienen un mercado consumidor en expansión tan vigorosa?

Recientemente estuve con inversores globales en el Consejo de las Américas, en Nueva York, para mostrar cómo Brasil se prepara para dar saltos aún mayores en la nueva etapa de la economía global. Volví convencido de que ellos tienen una visión objetiva del país y de nuestro potencial, diferente de versiones pesimistas. El pueblo brasileño está construyendo una nueva era – una era de oportunidades. El que siga creyendo e invirtiendo en Brasil va a ganar todavía más y va a crecer junto con muestro país.

Luiz Inácio Lula da Silva es ex presidente de la República y presidente honorario del PT