Caso Odebrecht: Por qué vuelven a atacar a Lula y su biografía

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Nota oficial desmiente las acusaciones

Preguntas y Respuestas

El ex presidente Lula está una vez más en el centro de un intenso bombardeo mediático. Al frente del ataque, el telediario Jornal Nacional de la Red Globo divulgó 40 minutos de noticiario negativo en solo cuatro ediciones. Como viene ocurriendo desde hace más de dos años, Lula es blanco de acusaciones frívolas e ilaciones que, a pesar de la virulencia de los acusadores, no apuntan ninguna conducta ilegal o amparada en pruebas. Esta vez, además de intentar incriminar a Lula a la fuerza, hay un esfuerzo deliberado de reescribir la biografía del mayor líder popular de la historia de Brasil.

Las declaraciones negociadas por los dueños y ejecutivos de Odebrecht – a cambio de la reducción de penas por los crímenes que han confesado – están siendo manipuladas para falsificar la historia del gobierno Lula. Insisten en tratar como crimen, o favorecimiento, políticas de gobierno orientadas al desarrollo del país y aprobadas por la población en cuatro elecciones presidenciales.

Son políticas públicas transparentes que han beneficiado al Brasil como un todo – no solo a esta o aquella empresa – tales como la adopción de contenido nacional en la compras de Petrobras, la construcción de usinas e integración del sistema eléctrico, la financiación de la agricultura, el apoyo a las regiones Norte y Nordeste, la ampliación del crédito, la valorización del salario y las transferencias de ingresos que promovieron el consumo y dinamizaron la economía, multiplicando por cuatro el PIB del país. Estas políticas no fueron adoptadas a cambio de supuestos beneficios personales, como quieren los falsificadores de la historia, sino que resultaron del compromiso del ex presidente Lula de proporcionar una vida más digna a millones de brasileños.

Por eso Lula dejó el gobierno con el 87% de aprobación y es señalado por la gran mayoría como el mejor presidente brasileño de todos los tiempos. Es contra ese reconocimiento popular que intentan crear un falso Lula, apelando al prejuicio y hasta a supuestas opiniones de quien estuvo al mando de la dictadura, de quien mandó arrestar a Lula por luchar por la democracia y por los derechos de los trabajadores. En el verdadero frenesí provocado por la edición de las declaraciones de Odebrecht, es necesario recordar que estos y otros delatores de la Operación Lava Jato fueron presionados a presentar versiones que comprometieran a Lula. Pero todo lo que presentaron, antes y ahora, son ilaciones sin pruebas.

Es necesario recordar también que esa telaraña de mentiras está siendo lanzada contra Lula en vísperas de juzgarse una acción en el tribunal de la Lava Jato que pretende condenarlo no solo sin pruebas, sino contra todas las pruebas testimoniales y documentales de su inocencia.

Y recordar además que el nuevo bombardeo mediático fue deflagrado en el momento en que, aun no siendo candidato, Lula es apuntado crecientemente en las encuestas como el favorito para las elecciones presidenciales.

Por todo ello, es necesario analizar cada una de las ilaciones presentadas, para deshacer cada hilo de esa telaraña de mentiras.

¿Hay algún acto ilegal de Lula relatado en la delación de Odebrecht?

No hay. Delaciones no son pruebas, sino informaciones prestadas por reos confesos que apenas pueden dar origen a una investigación. La legislación brasileña prohíbe expresamente condenaciones basadas solamente en delaciones, negociadas a cambio de beneficios penales por reos confesos. Las delaciones deben ser investigadas y las declaraciones de los delatores, expuestas al cuestionario de los abogados de defensa. Por ahora, lo que existe son las declaraciones hechas a los fiscales, a la acusación, divulgadas de forma espectacular antes de que los abogados tuvieran acceso a ellas.

En el pasado, declaraciones divulgadas de forma similar – como las de Paulo Roberto da Costa, Nestor Cerveró y Delcídio do Amaral – al ser confrontadas con declaraciones en juicio de los mismos colaboradores no revelaron cualquier crimen o prueba contra el ex presidente Lula.

Es parte del la estrategia del lawfare y uso de la opinión pública de la Lava Jato, teorizada por Sérgio Moro en un artículo de 2004, “deslegitimar el sistema político” usando la prensa, y destruir la imagen pública de sus blancos para sustituir el debido proceso legal por la difamación mediática.

Casa de campo en Atibaia

Hace más de un año que la operación Lava Jato investiga una casa de campo en el interior del estado de São Paulo. Los propietarios de la casa de campo, que no es del ex presidente Lula, ya han probado la propiedad y el origen de los recursos para la compra del inmueble. Incluso el relato de Emílio Odebrecht y Alexandrino Alencar indican que ellos desconocen de quién es la propiedad, más allá de lo que oyeron en rumores, y desconocen que la reforma de tal casa de campo sería una sorpresa para el ex presidente, dentro de una acción que no lo implicó, en una propiedad que no es suya. Es extraño en este contexto que Emílio Odebrecht diga que en vísperas del término del mandato le haya “avisado” a Lula de la obra. Y es inadmisible que el silencio de Lula, frente al supuesto aviso, sea interpretado como evidencia. La propiedad no es del ex presidente, no hay ningún acto de él con relación a la casa de campo, ni ventaja indebida, patrimonio oculto o contrapartida.

“Terreno” y donaciones al Instituto Lula

Como ya se ha repetido varias veces y comprobado en las declaraciones y documentos, el Instituto Lula jamás recibió cualquier terreno de Odebrecht. Funciona en una casa de dos plantas adquirida en 1991. El terreno en cuestión fue rechazado. Y fue rechazado porque ni siquiera había sido solicitado por el Instituto o por Lula. Es una prueba del lawfare y de la persecución a Lula que un terreno rechazado sea objeto de una acción penal. El Instituto recibió donaciones de decenas de empresas e individuos diferentes. Todas registradas. Las donaciones de Odebrecht no representan ni un 15% del valor total recaudado por el Instituto antes del inicio de una persecución judicial. Todas las donaciones fueron encaminadas por medio de directores con el debido registro fiscal. Jamás hubo involucramiento de Antonio Palocci o de cualquier intermediario en los pedidos de donación al Instituto. Las declaraciones de los delatores Alexandrino Alencar y Marcelo Odebrecht incluso se contradicen sobre ese asunto.

“Cuenta amigo”, los millones virtuales que Lula nunca recibió

Esta es la más absurda de todas las ilaciones en la declaración de Marcelo Odebrecht. Él dijo que Lula tendría una “cuenta corriente” en la empresa. Por momentos se dice que esa cuenta sería de 35 millones, por momentos sería de 40 millones, pero hace la salvaguarda de que jamás conversó con Lula sobre esa cuenta. Narra un confuso movimiento de salida y entrada de recursos, mencionando la compra de un terreno (después devuelto), una donación al Instituto Lula y supuestas entregas en dinero en efectivo a Branislav Kontic, totalizando 13 millones de reales. Dice además que parte de la reserva siguió en la supuesta cuenta.

De ser verdadera la declaración, lo que Marcelo Odebrecht habría hecho es, en realidad, un aprovisionamiento en su contabilidad para eventuales y futuras transferencias o pagos. Esto es muy diferente de decir que había una “cuenta Lula” en Odebrecht, como reproducen los necios titulares de la prensa. Si la declaración llega a ser verdadera, se trata, claro está, de una decisión interna de la empresa. Una “cuenta” meramente virtual, que nunca fue transferida, ni en su totalidad ni en parte, que nunca se materializó en beneficios directos o indirectos para Lula.

El hecho es que Lula nunca pidió, autorizó, ni nunca tuvo conocimiento del presunto aprovisionamiento.

Las tres supuestas evidencias presentadas sobre la cuenta virtual se desmoronaron frente a la realidad, a saber: a) el terreno comprado supuestamente para el Instituto Lula nunca se entregó, porque nunca fue pedido por aquel a quien se atribuiría; b) las donaciones de Odebrecht al Instituto Lula se hicieron a las claras, en valores contabilizados en origen y destino, e informadas a la secretaría de Hacienda (Receita Federal), en transacción transparente; c) la defensa de Branislav Kontic negó, en nota al Jornal Nacional, que su cliente haya practicado las acciones mencionadas por los delatores.

Todos los secretos – bancarios, fiscal, telefónico – de Lula y su familia – fueron quebrados. El Ministerio Público sabe el origen de todos los recursos recibidos por Lula, el destino de cada centavo cobrado por el ex presidente con conferencias y sabe además que Lula vive en un departamento en São Bernardo do Campo desde la década de 1990. ¿Dónde están los R$ 40 millones?

Conferencias

Tras dejar la presidencia de la República, con una aprobación del 87% y reconocimiento mundial, Lula dio 72 conferencias a más de 40 empresas. Entre ellas Pirelli, Itaú e Infoglobo. En todas las conferencias se cobraron los mismos valores. Todas fueron realizadas, y la comprobación de todo lo relacionado a las conferencias ya está en manos del Ministerio Público del Distrito Federal y del estado de Paraná. Los medios dieron a entender que Odebrecht habría “inventado” esas conferencias. Eso no se ha dicho de ninguna manera ni siquiera en las declaraciones, que indicaron que las conferencias eran lícitas y legítimas. Y Odebrecht no fue la primera empresa, ni la segunda, ni la tercera en contratar conferencias de Lula. Microsoft, LG y Ambev, por ejemplo, contrataron conferencias por los mismos valores ANTES de Odebrecht. A continuación se encuentra el listado completo de conferencias dictadas entre 2011 y 2015: http://institutolula.org/uploads/relatoriopalestraslils20160323.pdf

La legislación brasileña no impide que ex presidentes dicten conferencias. No impediría tampoco que fueran directores de empresa, lo cual Lula nunca hizo.

Ayuda al hijo

Después de la presidencia, Lula no es más un funcionario público. Aun considerando real el relato de delatores que necesitan pruebas, Emílio Odebrecht y Alexandrino Alencar relatan que la ayuda para que el hijo de Lula iniciara un campeonato de fútbol americano fue voluntaria y se dio después de varias conversaciones y análisis del proyecto. La expresión, inserta en una declaración, de “contrapartida” para mejorar las relaciones entre Dilma y Marcelo Odebrecht es genérica y, de nuevo, aunque fuera real, no incurre en ninguna infracción penal. En 2011, año de los relatos, Lula no ocupaba ninguna función pública.

La liga de fútbol americano existió y no tuvo la participación, ni siquiera el seguimiento, de Lula. Los hijos del ex presidente son víctimas, desde hace años, de rumores en internet de que serían multimillonarios. Tuvieron sus cuentas revisadas y actividades analizadas. Y no son ni multimillonarias, ni dueños de haciendas o de Friboi.

Frei Chico

Otra vez, incluso considerando el relato de los delatores, que necesitan pruebas, cualquier eventual relación entre Odebrecht y el hermano de Lula eran relaciones privadas. Lula no tiene tutela sobre su hermano mayor y no le solicitó ayuda, ni cuidaba se su vida. No hay relato de infracción, ni de contrapartida, ni de que haya sido el ex presidente quien haya solicitado cualquier ayuda al hermano.

CartaCapital

La breve mención a la revista indica que Lula le habría dicho a Emílio Odebrecht que viera qué podía hacer y si podía hacer algo para ayudar a la revista, nuevamente después de haber salido ya de la presidencia de la República. La relación entre dos otros entes privados (CartaCapital y Odebrecht) no tiene cualquier contacto con Lula y el pedido de verificación de si podrían anunciar en la revista no implica ningún acto ilícito. Los ejecutivos de Odebrecht mencionaron que el grupo prestó ayuda a varios otros medios de prensa, pudiendo citarse como ejemplo el periódico O Estado de S.Paulo.

Angola

La declaración de Emílio Odebrecht indica que los servicios contratados de la empresa Exergia, para prestar servicios en Angola, fueron efectivamente prestados. Exergia tiene como uno de sus socios a Taiguara dos Santos, hijo del hermano de la primera esposa de Lula. Si posteriormente a la caída de los servicios en Angola hubo un adelanto de recursos entre las dos partes privadas, no tuvo ningún involucramiento del ya ex presidente, ni tampoco eso es mencionado en las declaraciones. Lula jamás recibió cualquier recurso de la empresa Exergia o de Taiguara, y eso ya ha sido objeto de investigación de la Policía Federal, que no encontró ningún recurso de dicha empresa en las cuentas de Lula.

Este caso ya es analizado en una acción penal en la Justicia Federal de Brasilia. Si se comprueba la veracidad de las declaraciones de los delatores, la tesis de la acción penal se muestra improcedente, o sea,  la acusación de que no hubo prestación de servicios y que estos serían algún tipo de coima o lavado de dinero se derrumba. O sea, en este caso las declaraciones no solo no indican cualquier crimen, sino que además eximen de culpa a Lula en esta acción penal.

Donaciones electorales

La declaración de Emílio Odebrecht es explícita al decir que nunca discutió valores o forma de donaciones electorales con el ex presidente Lula. Lula no cuidaba de las finanzas de campaña o partidarias.

El PT y el ex presidente siempre defendieron el fin de cualquier tipo de financiamiento privado de campañas electorales. Pero el Supremo Tribunal Federal recién determinó el fin de la contribución de personas jurídicas en 2015.

El ex presidente nunca autorizó a nadie a pedir donaciones de cualquier tipo en contrapartida de actos gubernamentales de cualquier tipo.

Estadio de Corinthians

Aun si tomamos como verdaderos los relatos de delatores, no hay ningún acto ilegal relatado del ex presidente en relación al Estadio Privado del Sport Club Corinthians. En 2011 había un riesgo de que la ciudad de São Paulo quedara fuera de la Copa del Mundo. El ex presidente siempre defendió el uso del Estadio de Morumbi, como registró públicamente el fallecido presidente del São Paulo Futebol Clube, Juvenal Juvêncio, pero en 2011 ese estadio fue vetado por la FIFA. El estadio de Corinthians de hecho era un proyecto menor. Con la posibilidad de ser sede da la apertura de la Copa, Corinthians construyó un estadio mayor. El estadio, y esto es obvio, no es de Lula, sino de Corinthians. No solo cuenta con público total constantemente, como incluso la Red Globo, empresa privada con fines de lucro, llegó a usar el estadio vacío como estudio de sus programas de TV.

Lula y la presidencia

Lula es considerado en todas las encuestas el mejor presidente brasileño de todos los tempos, aun con la intensa campaña mediática contra él. Lula también es el único presidente de la historia de la República que tiene origen en la clase trabajadora, nacido en la miseria de la sequía del Nordeste brasileño, migrante interno criado por su madre. El único que tuvo que superar todas esas condiciones adversas para ser el presidente que más elevó el nombre de Brasil en el mundo.

Lula siempre actuó dentro de la ley y a favor de Brasil antes, durante y después de la presidencia, cuando volvió al mismo apartamento en el que había residido en São Bernardo do Campo antes de irse a Brasilia.

No fue solo Odebrecht que creció durante el gobierno Lula. La gran mayoría de las empresas brasileñas, pequeñas, medianas y grandes, crecieron en ese período. Millones de empleos fueron generados y la pobreza y el hambre fueron reducidas de forma inédita en el país. Todo Brasil creció en el período de mayor prosperidad económica de la democracia brasileña.

Es llegada la hora de preguntar a quiénes interesa destruir a Lula, cuando el ex presidente se posiciona contra el fin de los derechos laborales y previsionales. ¿A quiénes interesa destruir a Lula, cuando el patrimonio brasileño – reservas minerales en la Amazonia, el pre-sal, las estatales – son puestos en venta a precio de banana? ¿A quiénes interesa reescribir la biografía del mayor líder popular del país?